"A verdade será sempre um escândalo". (In Adriano, M. Yourcenar)

"Quero imaginar sob que novos traços o despotismo poderia produzir-se no mundo... Depois de ter colhido em suas mãos poderosas cada indivíduo e de moldá-los a seu gosto, o soberno estende seus braços sobre toda a sociedade... Não quebra as vontades, mas as amolece, submete e dirige... Raramente força a agir, mas opõe-se sem cessar a que se aja; não destrói, impede que se nasça; não tiraniza, incomoda, oprime, extingue, abestalha e reduz enfim cada nação a não ser mais que um rebanho de animais tímidos, do qual o governo é o pastor. (...)
A imprensa é, por excelência, o instrumento democrático da liberdade."
Alexis de Tocqueville (1805-1859)



domingo, 9 de junho de 2013

VENEZUELA: DO MANÁ DO PETRÓLEO À MISÉRIA


O cotidiano dos venezuelanos: gôndolas vazias nos supermercados.
Se alguém que visitou Caracas há 14 anos retorne agora a essa cidade que é a capital da Venezuela, ficaria surpreendido. Nesse tempo, em vez de progredir e enriquecer, a capital venezuelana oferece ao visitante a sua face mais amarga: apesar das estatísticas oficiais alardearem que diminuiu a pobreza - basta ver as favelas nos morros que rodeiam a cidade - e a insegurança disparou até alcançar 60 homicídios por cada 100 mil habitantes.

Este é o lead da reportagem da jornalista Ludmila Vinogradoff, correspondente do jornal ABC da espanha na Venezuela.
E continua: A estes males há que somar agora a escassez de alimentos e produtos de primeira necessidade, assim como a ameaça da entrada em vigor em alguns Estados de cartão de racionamento eletrônico, poplularmente conhecida como “papachip”, que segundo denuncia a oposição se inspira no modelo cubano. Todavia, neste sábado, pressionado, Nicolás Maduro voltou atrás sobre a utilização do “papachip” no Estado de Zulia.

(...)

O alarmante é que enquanto a Venezuela tem as maiores reservas de petróleo do mundo - com uma produção anual de 3 milhões de barriss e preços de US$ 100 dólares o barril - deva importar 100 mil barris diários de gasolina dos Estados Unidos e papel higiênico da Bolívia. Há quatorze anos, esse país caribenho exportava arroz, café, chocolate e milho.

É que o governo bolivariano do difunto Hugo Chávez decidiu expropriar e destruir os meios de produção privados que ele considerava “capitalistas, imperialistas e oligarcas”. Assim, conseguiu transformar a Venezuela num país totalmente dependente do exterior para seu abastecimento. A produção caiu mais de 60%. Antes de Chávez, em 1998, a produção nacional cobria 70% das necessidades de consumo. Agora se dá exatamente o contrário.
(...)

O ex-ministro da Agricultura Hiram Gaviria considera que tem sido um fracasso a política de Hugo Chávez de expropriar sem indenizar 2,5 milhões de hecatares produtivos, que estavam em mãos da iniciativa privada. A política revolucionária de “terra arrasada” é empregada na Venezuela sem contemplações. A invasão de fazendas produtivas de galegos e canários (imigrantes dessas regiões espanholas) tem sido sistemática nesses 14 anos, denuncia Féliz Barbero, presidente da Associação de Residentes Espanhóis.
Transcrevo no original em espanhol parte inicial de reportagem do jornal ABC com link para leitura completa.
 
Leiam:

EN ESPAÑOL Si alguien que visitó Caracas hace catorce años volviera en la actualidad, se llevaría una gran sorpresa. En este tiempo, en lugar de progresar y enriquecerse, la capital de Venezuela ofrece al visitante su cara más amarga: pese a todo lo que digan las estadísticas oficiales, ha arraigado la pobreza —basta ver los «ranchos» o chabolas en los cerros que rodean la ciudad— y se ha disparado la inseguridad hasta alcanzar los 60 homicidios por cada cien mil habitantes.
A estos males hay que sumar ahora la escasez de alimentos y productos de primera necesidad, así como la amenaza de la entrada en vigor en algunos estados de la libreta de racionamiento electrónica, popularmente conocida como «papachip». La cartilla, denuncia la oposición, se inspira en el modelo cubano. Pero precisamente este sábado, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dio marcha atrás sobre el proyecto de imponer la cartilla «papachip» en el estado de Zulia.
Rogelia Alonso, de 83 años, la mayoría vividos en Caracas, tiene una perspectiva más amplia para comparar. Nacida en Vigo, no se quita nunca el luto, aunque su marido murió hace seis años. Todavía recuerda los buenos tiempos en que Venezuela era la meca de los inmigrantes españoles del siglo pasado. Todos soñaban con viajar a esta república caribeña que prometía ser El Dorado de los tiempos modernos. Pero es consciente de que los tiempos han cambiado «para peor». «Llevo sesenta años en Venezuela, amo este país, aquí creció mi familia, tengo dos hijos y tres nietos. Pero esto da pena. Nunca pensé que se pusiera así de mal, que un país tan bello con tantas riquezas llegara a estos niveles de pobreza y miseria».
El aumento de la miseria en la capital de la República Bolivariana es más difícil de esconder que en otras capitales de la región porque las nuevas oleadas de población llegadas a la ciudad se han visto obligadas a vivir en «ranchos» por falta de una vivienda digna a precios asequibles.
Y es que el Gobierno del difuntoHugo Chávez se dedicó a expropiar y destruir los medios de producción privados que él consideraba «capitalistas, imperialistas y oligarcas». Así ha conseguido que el paísdependa totalmente del exterior para su abastecimiento. La producción nacional ha caído más de un 60%. Antes de Chávez, en 1998, la producción nacional cubría el 70% de las necesidades de consumo. Ahora es exactamente al revés. «Lo que más me preocupa es el país que van a heredar mis nietas», asegura Rogelia, sin poder disimular su tristeza.
Desde 2007, el Gobierno ha decidido regular o congelar los precios de varios productos básicos. Pero en 2012 comenzó a descender la producción agrícola como consecuencia de la expropiación de la empresa española Agroisleña, que surtía de semillas e insumos a los agricultores. En manos del Estado, la agricultura nacional ha ido cayendo y no ha levantado cabeza.
Gallegos y canarios
El exministro de Agricultura Hiram Gaviria considera que ha sido un fracaso la política de Hugo Chávez de expropiar sin indemnizar 2,5 millones de hectáreas productivas, que estaban en manos privadas. La política revolucionaria de «tierra arrasada» se ha empleado sin contemplaciones en Venezuela. La invasión de fincas productivas de gallegos y canarios ha sido sistemática en estos catorce años, denuncia Félix Barbero, presidente de la Asociación de Centros de Residentes Españoles.
 
 
09 de junho de 2013
in aluizio amorim

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